sábado, 10 de noviembre de 2018

Sabino Barinaga: de portero en Balaidos a inaugurar Chamartín

Aunque a muchos de nuestros lectores les pueda parecer raro, el uso de las sustituciones en los jugadores durante los partidos es una innovación un tanto moderna. Antiguamente, hablando siempre de partidos oficiales, si un jugador se lesionaba durante el partido no podía ser remplazado por otro compañero, por lo cual el equipo afectado se veía lastrado en comparación a su rival. Daba igual si era el minuto 5 u 88 de partido, la sustitución no se permitía. Si el lesionado podía permanecer en el terreno de juego, generalmente el entrenador cambiaba la disposición táctica para ubicar al lesionado en la delantera y que este intentara atrapar algún balón perdido para lograr lo que comúnmente se denominaba “el gol del cojo”. Cuando el lesionado era el portero su puesto lo tenia que ocupar un jugador de campo, por lo cual ya ni se podía usar la formula del atrapa goles. En España, con el paso de los años, se permitió cambiar al portero pero solo si este resultaba lesionado, aunque algunos entrenadores lo usaban “fraudulentamente” cuando el meta titular no tenia su día. De manera oficial no seria hasta el Mundial de México 70 cuando la FIFA permitió los cambios para jugadores de campo, ya fuera por decisión técnica o por lesión. 

¿Y tiene algo que ver esta introducción con el partido de que jugamos este fin de semana en Balaidos?, pues si, así que veamoslo.

Barinaga, Dindurra y Olivares durante la temporada 40-41.

El Real Madrid afrontaba la temporada 48-49 en un intento de renovación tras el fiasco de la anterior: tres entrenadores y un undécimo puesto en una liga de catorce equipos, en la cual se salvo del descenso en la ultima jornada. Al frente continuaba el técnico ingles Michael Keeping, mientras que dejaban el club Corona, Huete, Alsua, Rafa, Pruden y Moleiro, aunque estos 2 últimos volverían años después a la “Casa Blanca”: el primero como parte de los servicios médicos del club y el segundo como eterno ayudante de Miguel Muñoz en el banquillo. Precisamente una de las altas para esta nueva temporada era la de Muñoz, que junto a Pahiño, llegaban al club blanco para hacer historia ambos. 

Pese a un comienzo de Liga horrible donde en las cuatro primeras jornadas solo consiguió ganar un partido, si bien  jugo en ellas contra Barcelona, Atleti y Valencia, el equipo enderezo el rumbo y encadeno 10 partidos sin perder lo que llevo al liderato de la clasificación, algo que no lograba desde hacia mas de 2 años, auspiciado en gran parte a los goles de Pahiño y Olmedo. Sin embargo el mes de Febrero resulta nefasto para el Madrid: pierde 3 de los 4 partidos y el Barcelona no perdona y supera a los blancos en la clasificación tras perder estos 0-2 en casa contra el Oviedo a falta de 4 jornadas. Los de Keeping afrontan un desplazamiento a Vigo, ante un Celta que esta luchando contra el descenso tras jugar en Valencia,  y que entre semana sera el rival de la Selección Española en un partido de entrenamiento en el viejo Metropolitano, antes de continuar viaje hacia Vigo. El Madrid por su parte tiene problemas en el once a presentar ya que la defensa titular no esta disponible así como el portero Bañón que sale de un proceso catarral que le había tenido en cama. 

El Madrid consigue presentar en Vigo un equipo de circunstancias: Bañón, Mariscal, Navarro, Watson, Olmedo, Ipiña, Miguel Muñoz, Vidal, Pahiño, Macala y Barinaga. Como las desgracias nunca vienen solas apenas 3 minutos después del comienzo el Madrid encaja un gol en parte por un balón que se le escapa a Bañón y en parte por un empujón que recibe. El publico empuja a los locales que sin embargo poco a poco se ven superados por un Real que empata por medio de Muñoz a mitad de la primera parte. Sin embargo todo el esfuerzo blanco se ve superado por la mala suerte: Bañón se lesiona a falta de dos minutos para finalizar la primera parte tras lanzarse a los pies de un jugador vigues. Para no demorar mucho la reanudación se decide que Macala ocupe el puesto de Bañón durante este par de minutos. En el descanso se comprueba que el portero sufre una luxación en la mano por lo cual no puede colocarse en la puerta. Lo ideal seria que el meta suplente ocupe su lugar, sin embargo Adauto, pese a que ha viajado con la expedición, también esta enfermo por lo cual se decide quitar a un delantero para colocarlo en la portería. El elegido es Sabino Barinaga, un comodín que lo mismo jugaba de delantero que lo hacia en la defensa. Ademas el puesto de meta no le era extraño puesto que ya había sido portero madridista en un derby jugado en diciembre del 45 en Chamartín. Aquel día Bañón recibió un rodillazo del delantero rojiblanco Juncosa que le dejo inconsciente, lo que motivo que Barinaga defendiera la meta blanca durante los siete minutos que restaban hasta el descanso del partido. Tras el descanso, Bañón si volvió a su puesto aquel día. 

Sabino Barinaga el día de su debut efímero en la portería de Chamartín.

En Vigo Bañón volvió al campo pero como extremo, mientras que Barinaga se enfundo el jersey de portero. Pese a tener en la meta a un guardameta poco ducho en la materia, el Celta no salio al ataque y el Madrid logro contener y controlar el partido en gran parte por el esfuerzo de los blancos que se multiplicaban por todo el campo. Barinaga hace alguna que otra parada e incluso en la delantera el Madrid esta a punto de marcar en una jugada entre Macala y Bañón, pero poco a poco la lógica se impone y en el minuto 67 el Celta se adelanta con un tiro fuerte y colocado de Vázquez al que Barinaga solo logra rozar con los dedos. El partido sigue por los mismo derroteros y a falta de cuatro minutos, un rechace del eventual portero es aprovechado por Zubeldia para marcar el 3-1 definitivo. En vestuarios Barinaga sonreía, y es que su actuación no fue mala, a la vez que pedía un puesto como portero en la Selección española A o B que en esos días jugaba encuentros de preparación de cara a los encuentros que tenia que disputar ese mismo mes. 

Sabino Barinaga en Vigo: 45 minutos de delantero y 45 minutos de portero.

Muchos elementos jugaron en contra aquel fin de semana y un Madrid mermado no pudo realizar mas. Pese a que el Barcelona perdió esa jornada en su visita a San Mames, la Liga para el Madrid seguía muy difícil mas que nada por que los cules les restaban en casa 2 de los 3 partidos que faltan por jugar y debía dejarse la mitad de los puntos por el camino. Estos no cedieron y lograron los 6 puntos en juego por lo que se proclamaron Campeones de Liga. Aprovechando esta desconocida curiosidad de Barinaga vamos a recordar brevemente su carrera tanto dentro como fuera del Real Madrid. 

Sabino Barinaga Alberdi nació en Durango en el verano de 1922. Con la llegada a Bilbao de la Guerra Civil los padres decidieron alejarle del conflicto bélico, por lo cual le enviaron al Reino Unido, en concreto a la ciudad portuaria de Southampton, junto a cerca de 4000 de chavales en el barco SS Habana que traslado a los llamados “niños de la guerra” en Mayo de 1937. En Nazareth House (Hill Lane), al margen del estudio y del aprendizaje del idioma en las escuelas locales, tomo contacto por primera vez con el futbol. Pese a ser novel en este deporte, todo cambio el día que el gerente del  Southampton FC les vio jugar. Junto a Barinaga estaba Raimundo Perez Lezama y rápidamente el ingles comprendió que los chavales tenian algo distinto al resto. Les ofreció unirse al equipo B del Southampton y ambos no lo dudaron. Pronto se comprobó que la intuicion no le falló al gerente y es que tanto Lezama como Barinaga jugaron 18 partidos, el primero como  portero mientras que el alto y delgado Barinaga se destapo como un goleador nato logrando mas de 60 tantos en los mismos partidos. Con la llegada de la II Guerra Mundial el fútbol sufre en la zona un parón en las competiciones regulares y el club modifica los equipos para jugar diversas competiciones. Lezama y Barinaga jugaran una liga en el condado de Hampshire, en uno de los equipos que forma el  Southampton. Nuevamente el de Durango destacara por su facilidad goleadora con 22 tantos en 14 partidos. 

Sabino Barinaga, en el centro sentado, durante su etapa en el Southampton

Visto el avance de la Guerra en Europa y el fin del conflicto en España, Barinaga vuelve a nuestro país en Marzo de 1940. Prueba fortuna en el Athletic Club en primera instancia, para a continuación ser reclamado desde Madrid ya que Bernabéu tenia informes suyos provenientes del cónsul español en Inglaterra que era madridista. La oferta del conjunto capitalino le llena y con apenas un par de entrenamientos y 17 años, el mister madridista Paco Bru le hace debutar en San Mames en Abril en la ultima jornada liguera. El Madrid pierde 3-1 y Barinaga pasa desapercibido en el encuentro, incluso las crónicas de la prensa de Bilbao son algo hirientes, seguramente por la reciente negativa a incorporarse al conjunto vasco.  Esa misma temporada volverá a jugar un partido mas en Copa del Generalísimo en Chamartin ante el Murcia, con lo cual en menos de 1 mes había debutado en las dos grandes competiciones con la camiseta blanca. 

La critica vasca se cebo con el debut de Barinaga,

De cara a la siguiente temporada Barinaga ya dispone de mas oportunidades. Juega bastantes amistosos, marcando en la mayoría de ellos, mientras que en Liga disputa 16 partidos marcando 8 goles. En la temporada posterior sufre un parón en su juego motivado por la dura competencia en la delantera madridista. Chus Alonso, Botella, Alday y Arbiza le cierran el paso y apenas tiene oportunidades. La secretaria técnica madridista decide cederle al Real Valladolid, donde jugara la temporada 42-43 en 2ª División. Allí obtendrá los minutos que necesita y se convertirá en titular de un equipo blanquivioleta que estará a punto de subir a primera división, cayendo derrotado finalmente por 2-0 en la promoción jugada en Barcelona ante el Granada. Sin embargo con ese partido no termina la temporada para “el ingles de Durango”, como le denominaban, ya que volvió a la disciplina blanca a tiempo para disputar la competición de Copa de esa temporada donde jugara  varios partidos, incluida la final, siendo parte activa en el famoso 11-1 al Barcelona al que le endoso 4 goles aquella tarde. 

A partir de la temporada 43-44 comienzan la etapa dorada de Barinaga en el club. Sera el máximo goleador del equipo los dos primeros años, en los que formara pareja con Pruden, Alonso, Alsua, Vidal… El equipo tarda en conseguir títulos y no sera hasta la Copa del Generalísimo de 1946 donde se reeditan los éxitos que habían finalizado antes de la Guerra Civil. Pese a los cambios de entrenadores, Encinas, Quincoces y Albéniz, el vasco sigue contando para todos e incluso de manera involuntaria se convertirá en ayudante del nuevo técnico que llega a Chamartin: Michael Keeping. Este tendrá a Barinaga como traductor en los primeros meses. En estos años obtendra 2 Copas del Generalísimo y 1 Trofeo Eva Duarte, aunque la Liga se le resistira. Sin embargo con el final de la década y la llegada de los nuevos valores al equipo, Molowny, Narro, Cabrera, Pahiño… hace que el de Durango empiece a desaparecer de las alineaciones poco a poco y empiece a vislumbrar el final de su carrera en el club. 

Dibujo de Barinaga a mitad de los años 40.

Una carrera en la cual le llevo a jugar mas de 200 partidos en 10 temporadas, y sobre todo a conseguir que el nombre de Barinaga este unido de manera inequívoca al Santiago Bernabéu, puesto que fue el autor del primer gol conseguido en el estadio, durante el encuentro amistoso de inauguración jugado en Diciembre de 1947, ademas de marcar en el primer encuentro oficial jugado en el estadio. Así lo recordaba aquel primer gol en una entrevista en 1985: “Jamas se me olvidara (…) recuerdo el gol porque fue el mas bonito que he marcado en mi vida. Fue un centro de Vidal, me lance en plancha y entró el balón por la escuadra. De mil veces que lo hubiese intentado nunca hubiera salido tan perfecto” (Nota: Aunque Barinaga lo recordara de esa manera el balón en realidad entro por bajo pegado al poste, como lo atestiguan las fotos de aquel dia)

Dibujo del primer gol en el nuevo estadio del Real Madrid publicado en Historia Viva del Real Madrid publicado por ABC.

Finalmente toma la decisión de abandonar el club madridista con destino la Real Sociedad en la temporada 50-51. Allí estará durante 3 temporadas al termino de las cuales comienza un breve retiro. A comienzos de la temporada 53-54 se entrena en el viejo Metropolitano, dado que el mister rojiblanco, Benito Diaz, es un viejo conocido suyo de su tiempo en la Real Sociedad. Sin embargo le pilla lejos el estadio y tras pedir permiso en el Madrid,  se sigue entrenando en Chamartín que le pilla mas cerca de su casa. Al mismo tiempo conoce en Madrid a Manuel Ruíz Rodríguez, por aquel entonces presidente del Real Betis, quien le propone continuar su carrera en el conjunto verdiblanco. Barinaga a principio se lo toma a broma, pero ante la insistencia del bético acaba firmando por lo que resta de temporada pese a que los béticos estaban en ese momento en 3ª División. El vasco se vuelve a calzar las botas y desde mediados de Diciembre colabora activamente en el ascenso a 2ª del Betis, por lo que decide continuar un año mas en el equipo. Al termino de la temporada 54-55 decide retirarse definitivamente como jugador tras una larga carrera comenzada en la posguerra. Sin embargo siempre le quedo como único lunar de su carrera el no haber conseguido debutar con la selección española. Clase y condiciones no le faltaron pero si tuvo rivales, y de gran entidad, como Cesar, Zarra, Gainza, Herrerita, Epi...que unido a que España apenas jugo una veintena de partidos en esa década hizo imposible su debut. 

Barinaga al poco de fichar por el Real Betis.

Sin embargo no se aleja del todo del terreno de juego, sino que se situó al margen convirtiéndose en entrenador. Primero en el Real Betis, al que entreno en varias etapas, y posteriormente con una larga carrera que le llevaría por Osasuna, Real Oviedo en varias etapas, Málaga, Atlético de Madrid, Valencia, Sevilla, América de México, Marruecos, Nigeria, Real Mallorca, Cádiz….e incluso como asistente del seleccionador Pepe Villalonga para el Mundial de Inglaterra del 66 al que acudió España. Es al final de la década de los 70 cuando se retiraría completamente del fútbol de primer nivel. Tras una placida jubilación, en comparación del ajetreo de los banquillos, fallecería tras complicaciones derivadas de una intervención a causa de una dolencia coronaria. Lo haría en Madrid el 19 de Mayo de 1988, aunque erróneamente se indique en muchos sitios el mes de Marzo. 

Sabino Barinaga se señala en la alineación madridista de la final de Copa de 1946